Hace años descubrí gracias a mi
sobrina a Amélie Nothomb, como muchos lo primero que leí fue
"Estupor y temblores", desde aquel día me he leído toda
su obra traducida al castellano. He de reconocer que su estilo, su
prosa, me han llegado muy dentro, su capacidad para transmitir las
sensaciones, los estados de ánimo, esa facilidad de sacar su mundo
interior a un relato sencillo, sin complicaciones, su dualidad
cultural, hacen de sus novelas una fuente de placer a la hora de
leer.
Su última novela traducida a nuestra
lengua es "La nostalgia feliz", un relato autobiográfico
sumamente sencillo que nos cuenta un corto viaje promocional a su
Japón natal, sin pretenderlo se va a reencontrar muchos años
después con ella misma, con la Amélie de "Metafísica de los
tubos" y de "Ni de Eva ni de Adán", un mundo que
dentro de su imaginación permanecía inalterable, pero que la dura
realidad muestra que todo a evolucionado, que ha envejecido, que
aquellos a quien conoció no son los mismos.
Sus experiencias, sus sensaciones, sus
sentimientos la van a llevar a una reflexión personal sobre la
"nostalgia" y la forma diferente de hacerle frente en
Occidente o Oriente. Como se explica en el libro, el termino con que
se designa este sentimiento en japones es:
"Natsukashii
designa la nostalgia feliz, el momento en que el recuerdo hermoso
regresa a la memoria y la llena de dulzura. En cambio, su expresión
y su voz expresaban pena, así que interpreté que se trataba de la
nostalgia triste, que no es un concepto japones"
.
Este planteamiento a calado en mi forma
de ver las cosas: en mi camino al pasado para escribir mi libro me he
encontrado sensaciones muy similares, he encontrado que los sitios y
las personas que conocí, sobre las que escribía, ya no existían
nada más que en mi imaginación, el paisaje no era el mismo, las
personas habían envejecido, ya me resultaba inalcanzable el
recuperar aquel mundo, como mucho he retomado alguna amistad, pero no
ha sido "resucitada", aquella ya estaba perdida, ha sido a
lo sumo una nueva relación. Mi experiencia me ha mostrado que la
nostalgia no es necesariamente triste, no es necesario vivirlo como
una perdida, basta con darle la importancia necesaria a aquello que
guardamos dentro, entonces la nostalgia nos traerá de nuevo
sensaciones de felicidad.
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