Ayer viví una experiencia que me
entristeció más que desesperarme, aunque era para lo último. Ayer
me tocaba en mi Centro de Salud, mi prueba mensual para el Sintrón,
algo muy serio para quien lo ignoré, el caso es que hace pocos días
me llamaron cambiándome la hora porque mi médico estaba enfermo. El
cambio de hora no me vino nada bien, apenas tenía una hora para
comer entre el trabajo y la consulta, pero comprendiendo las
circunstancias me amolde.
Resignado, con el último bocado, me
presenté poco antes de las cuatro en la sala de espera de mi médico,
poco después llego su sustituto y se puso a pasar consulta, como era
el primero, me llamó y le tuve que explicar que tenía que esperar a
mi enfermera, que me iba a hacer la correspondiente prueba. Me quedé
allí, esperando, pasó una hora, pasó una hora y media y por allí
no se presentaba la deseada ATS, ya un pelín inquieto, le pregunte
por ella al médico (hice tal osadía porque lo conocía), el llamo a
control y, efectivamente, no estaba y, lo peor, no iba a estar,
estaba de baja y no había dinero para sustituirla, que en el
Ambulatorio no había nada más que una enfermera, que estaba de
guardia en la sala de curas, que si quería podía ir a ver si me
hacía el favor de hacerme la prueba.
Por supuesto que acudí, allí me
encontré con el consuelo del tonto, no el único afectado, había un
grupo de gente que le pasaba algo semejante, algunos que no habían
sustituido a su médico y no le cabía otro remedio que pagarse de su
bolsillo un medicamento carísimo y muy importante para su salud, su
médico, para el que tenía cita, tampoco estaba y al que no habían
puesto sustituto. Al final, después de dos horas y media, pidiendo
favores, conseguí salir con mi prueba hecha, ignoro lo que le
pasaría a los que se quedaron que no tenían la fortuna de conocer
al médico.
No pude si no acordarme de mi señora
Cospedal (en su madre no, que soy una persona educada) y en su
Consejero de Sanidad, al fin y al cabo no son recortes, son ajustes
técnicos... Ya comprendo yo, han decidido matar a unos cuantos
pacientes para ajustar su número al Presupuesto. El dinero lo
necesitan para los bancos y para ellos mismos. O puede ser que les
interese que no funcione la Sanidad Pública porque sus “intereses”
están en la privada.
Es que muy fácil destruir en un par de
años lo que ha costado levantar decenios. Por desgracia vamos camino
de tener, entre otras cosas, una sanidad tercermundista, vayámonos
haciendo la idea de que África empieza en los Pirineos, de nuevo.
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