jueves, 8 de noviembre de 2012

Pudor



¿Qué es el pudor?, está claro que es una idea muy empleada por las religiones que reniegan del cuerpo. No es de extrañar, al fin y al cabo el pudor es una vergüenza del cuerpo, el pudor es intentar ocultar a nuestro cuerpo de la vista de los demás, si plantemos al ser humano como un alma o un espíritu “encerrado” en un cuerpo, que afortunadamente abandonaremos el día del juicio final, está claro que tenderemos a ocultar nuestra piel. Una buena prueba de lo dicho la tenemos con el gurkha en Afganistán, el pudor llega hasta tal punto de exigir la ocultación total del cuerpo.

¿Qué no es el pudor?: evidentemente no es una idea natural, no procede de la naturaleza, el pudor no nace en nosotros por el hecho de ser humanos. En primer lugar, el pudor no existe en el Reino Animal, ningún ser vivo siente pudor, no es un sentimiento instintivo. ¿Es humano?, para que fuera algo inherente al ser humano, para que el pudor se produzca por el hecho de ser humano, si el pudor surgiera de nosotros, tendría que ser universal.

Quien sabe algo de antropología sabe que existen culturas donde no existe el pudor al desnudo, de hecho, en la misma Europa, en la antigüedad clásica, el desnudo no causaba pudor.

Entonces, ¿cómo es que sentimos pudor?. Los sentimientos y las ideas de los seres humanos no solo proceden de su naturaleza, también proceden de su entorno cultural, son aprendidas en la familia, en el trato con los demás. Es dentro de este entorno donde el pudor encaja perfectamente.

Si el pudor fuera intrínseco al ser humano, lo sentiríamos todos por igual. Pero no es así, depende claramente de la cultura, en ciertas tribus el pudor no existe o no existía hasta que los misioneros lo han enseñado. Por contra, en otras culturas, como la anteriormente comentada de Afganistán, el pudor alcanza una dimensión total, exige la ocultación total del cuerpo.

Pero esas diferencias no solo son geográficas, son también históricas: en el antiguo Egipto, la vestimenta era un signo de poder, de riqueza, no intentaba ocultar el cuerpo, al contrario, el torso permanecía desnudo de cintura para arriba y la mayoría del servicio iba desnudo o con taparrabos. En la Grecia Clásica, es todo lo contrario en lo que se refiere al hombre, existe un culto al cuerpo y su exhibición, no era lo mismo en las mujeres patricias. En Roma el pudor gano terreno, pero en lugares públicos, no así en el baño.

En la América Prehispánica no existía la idea de pudor, de hecho; Colón a relatarle a Fernando el Católico, lo que había encontrado decía: “Tan dócil y tan pacífica es la gente que juro a sus Majestades que no hay en el mundo entero pueblo que sea mejor. y aunque anden desnudos, sin embargo su comportamiento es decente y digno de alabanza”. No sentían pudor del desnudo, de hecho en sus ritos religiosos solían ir desnudos. Todo eso cambio con la evangelización y las frecuentes violaciones por parte de los europeos.

En Europa, con la llegada de las religiones orientales, el pudor gana mucho terreno, se siente pudor el enseñar algo más que las manos y el rostro, las vestimentas se alargan hasta los pies y las mangas son imprescindible. Con el Renacimiento, las piernas sieguen siendo causa de pudor, no así el busto que empieza a mostrarse en escotes, y los antebrazos al acortar la manga.
En Occidente, cada vez han ido a menos las zonas causantes del pudor, hoy día hasta las monjas muestran el tobillo sin ningún pudor, cuando hace poco más de un siglo nuestras abuelas se ruborizaban si por algún motivo se les veía. Evidentemente, hoy el pudor ha quedado limitado a los órganos sexuales y algo a los senos.

Creo que es palpable que el pudor es tan producto de la cultura como la moda en el vestido.

¿Por qué sentimos pudor?, porque lo aprendemos a medida que nos vamos haciendo mayor, primero por la imitación, si la madre se tapa el cuerpo al salir de la ducha, si se cierra la puerta a la ora de cambiarse de ropa, si se les dice, no te cambies aquí, cámbiate a escondidas... Se va creando en nosotros que el cuerpo es algo malo, que debe ocultarse, al menos los órganos sexuales. Evidentemente, los hijos de una familia nudista no sentirá inicialmente pudor, aunque, con posterioridad, la presión, las burlas, los insultos y la violencia terminan por causarle ese “pudor”.

¿Es fácil quitarse el pudor?. Sí, tan fácil como quitarse la costumbre de morderse las uñas, lo digo por propia experiencia, es suficiente con asumirlo, ir desnudo cuando estás a solas, empiezas a sentirte cómodo sin ropa, empezar a quitarse la costumbre de cerrar puertas y cortinas al cambiarse y bañarse, no hacer equilibrios en vestuarios y baños públicos, sin mucho esfuerzo te ven los de tu casa, te ven en vestuarios, te ve la vecina... Ya no te incomoda que la gente te vea desnudo.

¿Que pasa las primeras veces?. Sobre todo en los hombres existe el temor a sufrir una erección en caso de encontrarse a una mujer desnuda, no es así, te aseguro que no pasa nada, además, la erección es algo natural, no escandaliza a nadie. Yo he ido a una playa nudista y no me ha pasado nada.

Para que hacer el esfuerzo. Porque la sensación de no llevar ropa, sobre todo en el baño, es francamente muy agradable, incluso el hecho de compartir la no ocultación del cuerpo rompe barreras de comunicación.

Pero. Si hay un pero, ojo con los pudibundos, con los enemigos del cuerpo, su comportamiento es hostil, violento, no solo exigen su derecho a ir vestidos (algo que por supuesto tienen), también exigen el “derecho” a que los que están a su alrededor no tengan derecho a ir desnudos.

Lo sé muy bien por experiencia, tuve la poca fortuna de casarme con una mujer de una familia muy religiosa, me han hecho la vida imposible. Cuidado con estás personas, suelen ser cerradas, imposible de razonar con ellas y, lo peor, muy vengativas.

2 comentarios:

  1. Como sabes hace tres años estuve malita desde entonces tengo dos grandes cicatrices desde los ovarios hasta debajo del pecho. durante mucho tiempo no me atreví a mirarme, ni a caminar desnuda por casa, algo que he hecho toda mi vida. Max se asustaba y me preguntaba si me dolía... deje de hacerlo, hasta que esos surcos se han ido difuminando, sin darme cuenta hará mas o menos un año volví a mi desnudez. el niño no volvió a preguntarme por el dolor.
    un abrazo grande esta noche.

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  2. Eso me recuerda otro tipo de "pudor", el pudor a la enfermedad: vivimos en una sociedad donde lo ideal es el joven sano, la enfermedad, que nos aleja de ese ideal, mejor ocultarla. ¿Cuantas veces estamos hechos polvo, apenas podemos arrastrarnos hasta un sitio y a la pregunta "Cómo estás" contestamos con un "muy bien, gracias"?. Aunque pensandolo bien, es lo mismo de lo mismo, es ocultar el cuerpo, esconderlo de los demás, en este caso ocultar sus defectos.

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