Me decidí a leer este libro después
de “50 sombras de Grey” debido a que se decía que era la
trilogía que en Estados Unidos estaba sustituyendo a la anterior en
el interés de las mujeres. Por tanto, no puedo evitar el compararlas
a la hora de hablar de ella.
En primer lugar, como en el caso de “50
sombras de Grey”, se trata en esencia de una novela romántica
llena de escenas de sexo, una “novela de amor” estilo las que
encandilaban mediante la radio a nuestras madres todas las tardes.
En este caso, la autora, Sylvia Day,
muestra más profesionalidad y le da a su obra más variedad, más
ritmo, menos muletillas, en resumidas cuentas, esta mejor escrito,
aunque no hay que echar las campanas al vuelo, no creo que sea
merecedora del Premio Nobel de Literatura. Es un libro entretenido,
con más argumento que una sucesión de escenas de sexo, que se sigue
con interés y los “misterios” van surgiendo a lo largo de la
misma.
Desde el punto de vista sexual, al fin
y al cabo pretende ser un libro erótico, muestra bastante más
variedad que “50 sombras de Grey”, incluso el sexo
dominante/sumisa, pero más como juego que como planteamiento total
de la pareja. El personaje masculino, como en la otra, es un
supermillonario superguapisimo superproblemático, que empieza a
parecerme el ideal de las mujeres.
Por contra, el personaje femenino, en
este caso, no es la virgen superñoña metida a hacer de Justine, en
“No te escondo nada” es mucho más complejo (para mi gusto el
personaje mejor retratado), con un pasado tan complejo o más que el
millonetis, con una vida sexual activa, rica y problemática, que no
duda en tomar la iniciativa. También es de agradecer que no se de el
agobiante acoso monetario de “50 sombras de Grey”.
Esta novela no transpira tan claramente
el machismo clásico, aunque si que muestra una defensa bastante
consistente de las relaciones sexuales monógamas y una concepción
de “como te quiero, aguanto”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario